Ok, astrología no… pero ¿entonces qué?

Sobre cómo la perspectiva científica da una respuesta racional a la astrología que la cancela, pero carece de una respuesta simbólica a su búsqueda de sentido.

Agustín Martinez Suñé
6 min readJan 24, 2021

Una persona comparte en Twitter las reflexiones que surgieron a partir de la lectura de su carta astral, que identifica y brinda una interpretación sobre la posición de los astros al momento de su nacimiento. Acto seguido, otra persona responde en tono superado y burlón que la astrología no tiene nada de realidad, que es a lo sumo una pseudociencia, y que deje de perder el tiempo y de difundir esas creencias. Ambos siguen sus caminos separados sin que mucho haya verdaderamente cambiado luego del intercambio, o a lo sumo, tal vez hayan reforzado aún más sus propias convicciones frente a la confrontación con la otra parte.

Pensar la astrología desde una perspectiva científica

La intención de esta nota no es desmentir la astrología desde una perspectiva científica, hay muchas y mejores fuentes para eso. En realidad quiero llegar a otro punto. Pero sí necesito que entendamos desde qué lugar se dice que las afirmaciones de la astrología son incompatibles con el mejor entendimiento que tenemos sobre cómo funciona el universo, así que tengan un toque de paciencia.

En general, quienes argumentamos sobre la astrología desde una perspectiva científica, asumimos, implícita o explícitamente, una postura metafísica llamada fisicalismo. Esta es la idea de que no hay nada por fuera de lo físico, de que el devenir del universo se puede explicar, en última instancia, a partir de fenómenos puramente físicos. Ojo, esto no postula que al día de hoy ya contemos con explicaciones científicas para todos los fenómenos sino que, en principio, estos fenómenos se podrían explicar en términos puramente físicos. Tené en cuenta que el fisicalismo es un supuesto básico que damos por sentado prácticamente todos los días. Si vemos agua en el piso de casa miramos hacia arriba para ver desde dónde pudo haber caído; si vemos un auto apartado y golpeado en la ruta nos preguntamos cómo habrá sido el impacto que lo dejó en esas condiciones; si vamos a la playa en verano procuramos no hacerlo en pleno mediodía para así protegernos, sabemos que las quemaduras no pueden ocurrir espontáneamente debido a algún fenómeno sobrenatural sino que se deben al contacto de los rayos ultravioleta con nuestra piel.

¿Cuál sería entonces el fenómeno físico que explica la influencia de la posición de los astros sobre nuestra persona y sobre los acontecimientos que suceden a lo largo de nuestra vida? Partiendo de esta pregunta, las posturas que desmienten a la astrología se fundamentan en que no es posible explicar esa influencia en términos de las partículas elementales y las fuerzas fundamentales que, luego de siglos de investigación científica, sabemos dan cuenta de los sucesos que experimentamos día a día. Más aún, si aceptamos el fisicalismo, las creencias astrológicas son incompatibles con el conocimiento establecido de física que tenemos hoy en día. (De nuevo, no estoy dando estas explicaciones en detalle sino sólo el marco que las sustenta!)

Ok, no es compatible con una perspectiva científica ¿y qué?

Bueno, ponele que nos ponemos de acuerdo en que la astrología no es compatible con nuestro entendimiento científico sobre la realidad… ¿cuál es el problema con eso? O sea, quienes abogamos por una perspectiva científica no andamos por la vida cuestionando tus gustos musicales, la forma en que te vestís, o qué gusto de helado preferís por no estar basado en evidencia científica (aunque si te gusta la menta granizada tengo un par de papers para recomendarte…) ¿Por qué entonces habría de ser diferente con la astrología? ¿Por qué no entenderla simplemente circunscripta a la esfera de creencias personales de cada uno y listo? A diferencia de los gustos musicales, la astrología pretende tener poder explicativo o poder predictivo. Es decir, pretende brindar explicaciones alternativas a las explicaciones científicas sobre hechos de la realidad como tus circunstancias, tu estado de ánimo, tus aciertos y tus fracasos. Esto también puede resultar conflictivo para quienes impulsamos que se adopte una perspectiva científica basada en evidencia para la toma de decisiones en políticas públicas. Aunque, seamos justos, no conozco a ningún aficionado a la astrología planteando que esta deba ser tenida en cuenta en las decisiones públicas. Por último, algunos también tienen la preocupación de que fomente el pensamiento mágico y que, de esa manera, entorpezca la incorporación de una perspectiva científica en nuestras sociedades.

¡Qué exagerado! Yo sólo dije que me hice la carta astral…

Ahora bien, estas explicaciones no son para nada satisfactorias para quienes estudian y practican la astrología. Para muchos, la astrología significa muchísimo más que una teoría cuyo poder explicativo se basa en la posición de los astros. Para muchos, la astrología es una puerta para autoconocerse, para elevar la conciencia acerca de sus propias emociones, para hurgar en su pasado, en su historia, en sus relaciones y ser conscientes acerca del efecto que estas tienen en el propio camino, para desarrollar mayor perspicacia y empatía a la hora de leer emociones en otras personas. Para muchos, en última instancia, la astrología y otras creencias similares son una forma de empezar a saciar ese vacío de sentido de vivir en un universo frío, indiferente, oscuro e inhóspito. Y es en este punto que la perspectiva científica no da respuestas satisfactorias. Nos dice, sin lugar a dudas, por qué desde un punto de vista racional la astrología está basada en supuestos falsos y, de esa manera, la cancela, pero no da a simple vista una respuesta simbólica que permita emprender esta búsqueda de sentido.

Necesitamos recursos simbólicos que permitan encauzar una búsqueda de sentido que sea compatible con una perspectiva científica.

No digo nada nuevo si pongo de relieve que, desde la Ilustración a esta parte, la investigación científica fue confirmando cada vez más cabalmente que una cosmovisión coherente y consistente del mundo no necesita de ningún fenómeno sobrenatural para sostenerse. Que no hay preceptos morales entregados a nosotros a priori para ser respetados, que no hay una guía clara acerca de qué conforma un buen vivir sino que, más bien, debemos construirla, y que, por sobre todas las cosas, al Universo no le interesa lo que hagamos con nuestra existencia.

Ahora, antes de que alguno se enoje y me mande a leer a Sartre, debo aclarar que no estoy diciendo que no exista producción literaria y/o filosófica en el pensamiento occidental que aborde el problema de la búsqueda de sentido. Lo que quiero decir es que está mayormente confinada o bien al ámbito académico o bien a pequeños grupos, y que no está instalada en nuestros valores culturales una cosmovisión general que intente dar respuesta a la búsqueda de sentido sin fomentar el pensamiento mágico. De hecho, si acaso alguna cosmovisión de estas características se desarrolló en los últimos siglos es, lamentablemente, una de individualismo, de dominio de la naturaleza, de la sociedad de consumo, y de la religión de lo material por sobre todas las cosas.

¿No deberíamos quienes nos ponemos del lado "racional" de esta grieta hablar más acerca de cómo construimos sentido? ¿No podríamos también nosotros resignificar conceptos como la trascendencia, la espiritualidad y los rituales desde un punto de vista secular? Tal vez en el camino no sólo tendrá mejor llegada nuestra forma de ver el mundo sino que también aprendamos algunas cosas nuevas…

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Agustín Martinez Suñé

En la búsqueda de entender por completo cómo funciona el mundo. Spoiler: no me sale. Also, haciendo un Doctorado en Computación.